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Cimientos de la Capilla Mayor de la Iglesia de San Pedro, Berlín. |
El escenario urbano es el seno por
antonomasia de la memoria colectiva, del cambio permanente que se adapta a las
transformaciones del individuo. Por ello, una aproximación a la ciudad que no reconozca sus tiempos anteriores
y su conciliación con los presentes y los venideros es, como
mínimo, insuficiente. En este hilo argumental, la acción del desvelo debe
figurar en el inventario de la ciudad, un sujeto, al fin y al cabo, conformado, entre otras cosas, a
partir de estratos superpuestos que se diluyen, se ocultan o se confunden en un
estadio latente susceptible de ser reencontrado.
Precisamente en este sentido se posiciona Luis Martínez Santa-María respecto de lo encontrado: "Los descubrimientos
son reencuentros: dan a conocer aquello que está delante y sin embargo oculto,
como en el olvido. En verdad, en contra de lo que pudiera parecer, no es una
noticia, no es un hecho consumible y vertiginoso, no es una novedad. Es un
regreso." Se introduce igualmente la noción del desvelo como
re-conocimiento, como antítesis del olvido.
Precisamente, es su raíz aletheia la que se refiere a la
oposición al olvido [a-lanthanein = no-oculto].
En este sentido, en la mitología griega se recoge al Leteo como uno de los ríos del Hades. Se pensaba
que las almas, antes de ser reencarnadas en otros cuerpos, habían de beber de
sus aguas, pues tenían la propiedad de hacer olvidar lo vivido en la existencia
anterior. En definitiva, leteo hace
referencia al olvido, y aletheia, su
negativo, al desvelo, a la anamnesia.
El descubrimiento conlleva traer algo al presente y, por tanto,
alterar el estado anterior de un elemento que, al ver la luz en un tiempo
nuevo, al manifestarse, tendrá cualidades y condicionantes inéditos. El acto
del desvelo perturba al espectador, pero también al objeto hallado; acaso como
en la leyenda de los pájaros que, buscando desesperadamente a su rey, el
Simurgh, y tras una larga búsqueda, acaban por darse cuenta de que el Simurgh
no es otra cosa que ellos mismos: "Hizo a un lado cientos y cientos de cortinas, una detrás
de otra, y un mundo que estaba más allá del velo fue revelado. La luz de las
luces fue manifestada."
Lo desvelado sugiere un entendimiento de una realidad ya presente, por
tanto, proviene de una mirada intencionada y activa como consecuencia de una búsqueda, de una
inquietud. Asimismo, resulta muy sugerente entender el hallazgo como un acto colectivo, como un
instrumento de revelación en el que el descubridor tiene la necesidad de
compartir el acontecimiento más allá de sí mismo para confirmar o asentar dicho
desvelo. Es por ello que se relaciona con acciones como
"poner de manifiesto", "hacer evidente", "hacer
hincapié" o "dejar patente" que, sin ningún género de
duda, contienen una alta carga de pluralidad y reciprocidad.
En
resumidas cuentas, lo especialmente interesante del desvelo es que, aunque en ocasiones pueda acaecer de forma deliberada, las más de las veces es producto de
estrategias previas de búsqueda, de investigación, de forma que, tras haber tenido lugar, el descubrimiento induce a la conexión entre memoria y colectivo,
despertando algunas capas olvidadas y, quién sabe si contribuyendo a enterrar
otras. Al fin y al cabo, se trata de una alteración, de una perturbación, que
modifica el entendimiento de la realidad.
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Peter Eisenman, Cities of artificial excavation. |