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El desvelo

Ponencia en Pecha Kucha Night Sevilla vol.16 http://pechakucha.es/?p=765

Cimientos de la Capilla Mayor de la Iglesia de San Pedro, Berlín.
El escenario urbano es el seno por antonomasia de la memoria colectiva, del cambio permanente que se adapta a las transformaciones del individuo. Por ello, una aproximación a la ciudad que no reconozca sus tiempos anteriores y su conciliación con los presentes y los venideros es, como mínimo, insuficiente. En este hilo argumental, la acción del desvelo debe figurar en el inventario de la ciudad, un sujeto, al fin y al cabo, conformado, entre otras cosas, a partir de estratos superpuestos que se diluyen, se ocultan o se confunden en un estadio latente susceptible de ser reencontrado.

Precisamente en este sentido se posiciona Luis Martínez Santa-María respecto de lo encontrado: "Los descubrimientos son reencuentros: dan a conocer aquello que está delante y sin embargo oculto, como en el olvido. En verdad, en contra de lo que pudiera parecer, no es una noticia, no es un hecho consumible y vertiginoso, no es una novedad. Es un regreso." Se introduce igualmente la noción del desvelo como re-conocimiento, como antítesis del olvido.

Precisamente, es su raíz aletheia la que se refiere a la oposición al olvido [a-lanthanein = no-oculto]. En este sentido, en la mitología griega se recoge al Leteo como uno de los ríos del Hades. Se pensaba que las almas, antes de ser reencarnadas en otros cuerpos, habían de beber de sus aguas, pues tenían la propiedad de hacer olvidar lo vivido en la existencia anterior. En definitiva, leteo hace referencia al olvido, y aletheia, su negativo, al desvelo, a la anamnesia.

El descubrimiento conlleva traer algo al presente y, por tanto, alterar el estado anterior de un elemento que, al ver la luz en un tiempo nuevo, al manifestarse, tendrá cualidades y condicionantes inéditos. El acto del desvelo perturba al espectador, pero también al objeto hallado; acaso como en la leyenda de los pájaros que, buscando desesperadamente a su rey, el Simurgh, y tras una larga búsqueda, acaban por darse cuenta de que el Simurgh no es otra cosa que ellos mismos: "Hizo a un lado cientos y cientos de cortinas, una detrás de otra, y un mundo que estaba más allá del velo fue revelado. La luz de las luces fue manifestada."

Lo desvelado sugiere un entendimiento de una realidad ya presente, por tanto, proviene de una mirada intencionada y activa como consecuencia de una búsqueda, de una inquietud. Asimismo, resulta muy sugerente entender el hallazgo como un acto colectivo, como un instrumento de revelación en el que el descubridor tiene la necesidad de compartir el acontecimiento más allá de sí mismo para confirmar o asentar dicho desvelo. Es por ello que se relaciona con acciones como "poner de manifiesto", "hacer evidente", "hacer hincapié" o "dejar patente" que, sin ningún género de duda, contienen una alta carga de pluralidad y reciprocidad.

En resumidas cuentas, lo especialmente interesante del desvelo es que, aunque en ocasiones pueda acaecer de forma deliberada, las más de las veces es producto de estrategias previas de búsqueda, de investigación, de forma que, tras haber tenido lugar, el descubrimiento induce a la conexión entre memoria y colectivo, despertando algunas capas olvidadas y, quién sabe si contribuyendo a enterrar otras. Al fin y al cabo, se trata de una alteración, de una perturbación, que modifica el entendimiento de la realidad. 

Peter Eisenman, Cities of artificial excavation.