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Transferencias

Marcel Duchamp, 16 millas de cuerdas.
La riqueza se encuentra en lo múltiple. Los procesos de investigación, análisis y aprendizaje desde fuera de lo disciplinar refuerzan el campo propio, de forma que labores orientadas a desentrañar situaciones veladas, reconfigurar conexiones desactivadas y, en resumen, descubrir y coleccionar, es lo que nos permite reforzar nuestros argumentos, encauzar nuestros discursos y reafirmar nuestras intuiciones. Quizás sea un trabajo propio de Aracné, el de tejer un telar de hilos invisibles, como aquellos de Duchamp, o de vaciado/llenado de sustancias en distintas formas, que tan bien retratan los landscapes de Heizer.
Michael Heizer, Displaced/replaced mass
Precisamos de los desplazamientos, de las transferencias, para registrar nuestro propio posicionamiento. Estos flujos no contribuyen más que a solidificar los posos de nuestros pensamientos, asentar esos puntos de confirmación y reblandecer los de inflexión, en un proceso sedimentario que, a modo de un prisma, refracta nuestras ideas y las dirige hacia algún punto a priori insospechado. Tal vez no sea más que la necesidad de encontrar varios lugares para determinar dicha posición intelectual.

La inmersión en un medio fractal y poliédrico, donde se construye desde diversas perspectivas -sociológica, económica, informática, biológica y, por supuesto, arquitectónica, además de un largo etcétera-; es a la vez una retroinspección. Una puesta en crisis, una confrontación a través de un brainstorming ante el cual el sujeto requiere de oquedades por las que salir para contemplarse desde fuera, como expresaba aquella criatura kafkiana que precisaba evadirse intermitentemente de su madriguera: "Es como si no estuviera delante de mi casa, sino delante de mí mismo". Se resquebrajan cimientos, se refuerzan otros, y algunos permanecen impasibles. Pero lo más interesante es que también se construyen nuevos.
Matriz extracelular (MEC)
A modo de una matriz celular, se conforma ese medio a través del cual articular los engrosamientos, deformaciones y contracciones de nuestro ideario: un intercambio en el que poder adherir apósitos, sustraer fragmentos o transfigurar materias.

A diferencia del capital económico, el capital intelectual no implica la relación inversa entre acumulación y expropiación; es una ecuación en la que la segunda de las incógnitas se elimina y, por tanto, en la que el beneficio propio es el ajeno. Una suerte de transferencias que se reproducen y multiplican por contacto.

El mercado intelectual no sólo supone el tráfico de pensamientos, ideas o saberes, sino que además permite fortalecer las formas de mirar a un objeto; una aproximación plural y, por tanto, más completa. Una óptica orteguiana de contemplación variable según la perspectiva que facilita el entendimiento por acumulación de posiciones que se complementan.

El análisis de los bienes, a través de capas que se solapan, enfrentan y superponen, y enfoques progresivos que se reescalan secuencialmente, vectorizan y direccionan, en un medio esponjoso como el de Sierpinski, nos hace reflexionar sobre el lugar que ocupa el hombre contemporáneo, y los caminos que le llevan o le habrán de llevar. Y todo ello a modo del coleccionista que recoge piedras del suelo y las guarda en el bolsillo.
Waclaw Sierpinski, Alfombra de Sierpinski
"More is more"