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Noli me tangere

Reflexiones acerca del patrimonio urbano sustentadas en el ejemplo particular de la Barbacana de la Macarena, Sevilla.
(Texto igualmente recogido en www.espaciosdormidos.blogspot.com)


Fra Angelico, Noli me tangere

En la sociedad contemporánea se está desarrollando un peligroso concepto de lo patrimonial como objeto supra protegido. “Noli me tangere”, contémplame, admírame, pero no me utilices. Es evidente que proteger lo que valoramos es una premisa fundamental, el problema es que muchas veces no se toma conciencia de la forma en que se protege algo: no siempre es bajo una vitrina. ¿acaso lo más idóneo para la puerta de Ishtar mesopotámica es estar embutida en el Museo de Pérgamo berlinés? Esto se hace más plausible con los sujetos patrimoniales que nos rodean en nuestro medio urbano, los de gran escala: Como hicieran Christo y Jeanne-Claude con sus enormes mantos tendidos sobre los monumentos, crear nuevas expectativas (posibilidades) sobre ellos es lo que los empatiza con la sociedad y los hace provechosos. 

Lo expuesto pero inutilizado se retrata como elemento de oportunidades perdidas. Es quizás eso lo que más interesa del caso particular de la barbacana de la Macarena: un espacio, un ente, como tantos otros en tantas ciudades, cuya  patrimonialidad precisamente contribuye a despatrimonializarlo. El término ya tantas veces  referido procede de los términos latinos patri (‘padre’) y onium (‘recibido’); sin embargo, la herencia adquirida la recibimos de la manera más inútil posible.

Más allá del análisis del objeto en sí mismo, elementos como la muralla tienen una enorme trascendencia física e histórica con respecto a la ciudad que cobija. Es umbral entre la ciudad antigua y la nueva, punto de inflexión entre pasado y presente. Sin embargo, es de lamentar como, una vez superada su condición defensiva, separadora, para convertirse en símbolo de la ciudad, el trato que recibe en la urbe actual es de instrumento aún más aislante, a cuya causa colabora la ronda de la Macarena, que pasa a ser el nuevo foso, o el segundo cinturón amurallado. De esta forma, el trazado antiguo se difumina y disuelve al toparse con los muros de piedra, y lo que hay al otro lado de sus puertas no es más que un paisaje de intenso tráfico rodado. ¿Por qué no otra situación menos agresiva entre el Casco Histórico y la Macarena?, la muralla, en vez de seguir siendo barrera podría ser lazo, conexión y filtro, entre estas dos zonas.

Para aproximarnos a la ciudad buscada hay que ser soñadores. El neurofisiólogo colombiano Rodolfo Llinás habla del ser humano como “máquinas de soñar que construyen modelos virtuales del mundo”. La barbacana, en este contexto, para ser realmente recibida, disfrutada y sentida como suya por los sevillanos debe erigirse como foco público, cívico y cultural. 

Luc Schuiten, Vegetal city
A modo de las Villes Spatiales de Friedman, los New Babylons de Constant, los Mat-buildings de Candilis o las Vegetal Cities de Schuiten, todos ellos grandes paisajes soñados, que tan nítidamente pudiera describir el Marco Polo de Ítalo Calvino.