Apartarse de los convencionalismos que
habitualmente están presentes en el ya “enverdecido” concepto de sostenibilidad
se trata del acto fundamental para re-pensar en las condiciones de
confortabilidad y habitabilidad desde un posicionamiento atento y cuidadoso con
respecto a la atmósfera urbana y medioambiental.
La sustitución de los
pseudoindicadores de compromiso con el medio (soleamiento, ventilación,
huertos…) por parámetros de sostenibilidad social (entropía, flujos,
generaciones…) traslada a un ejercicio reflexivo no sólo de propuestas de
revitalización de los métodos y soportes sociales en la ciudad, sino igualmente
un posicionamiento cauteloso frente a la progresivamente devaluada y corrompida
sostenibilidad.
Frente a la sociedad contemporánea,
caracterizada por unos modos de vida cada vez más rutinarios y mecánicos que
dejan muy poco espacio a la incertidumbre y lo inesperado, la acción de generar
una serie de propuestas de urbanidad a modo de pequeñas intervenciones de
acupuntura (como ya hicieran los situacionistas) que rompieran esta dinámica
desbloquearía esta situación, induciendo la autogeneración de nuevos modos de
vida y relaciones humanas que aprovechen los recursos de la contemporaneidad y
los trasladen al soporte de la ciudad, como matriz de relaciones
interpersonales y extensión de la vivienda.
Estas propuestas de urbanidad, estas
recetas urbanas, son abarcadas desde un punto de vista genérico para poder ser
aprovechadas en cualquier tipo de circunstancia en la ciudad. Podrían
calificarse como microproyectos en no-lugares. En función de su radio de acción
son clasificadas en distintas tallas urbanas, como si de prendas de vestir de
distintos tamaños se trataran, intentando en lo posible aumentar el grado de
los parámetros de sostenibilidad social aunque enfocándose en la mejora
drástica de uno de ellos en particular. La mejora de estos aspectos, de cierto
carácter abstracto y subjetivo, sin embargo se refleja en los condicionantes
más convencionalmente asociados a la sostenibilidad como la acción solar, la
naturaleza, la conectividad…, aspectos que tratan de ser igualmente
cuantificados como expresión más próxima a lo concreto y a lo ya reconocido.
Partiendo de estas premisas globales a
todas las recetas: radar de parámetros sociales, parámetro principal, radar de
crecimiento, talla urbana y parámetros sostenibles; cada propuesta trata de
contribuir a este replanteamiento vivencial desde distintas perspectivas,
instrumentos y métodos, de tal forma que las mismas se van complementando,
superponiendo y relacionando hasta el punto de conformar un marco general de
experiencias y situaciones ciudadanas que son las que se pretenden transmitir.
En definitiva, generar una nueva atmósfera urbana acorde con las oportunidades
y recursos de hoy día.