Como si del lenguaje de las dunas se apropiase, la distribución de los módulos habitados se lleva a cabo sintetizando las fluctuaciones y oscilaciones producidas por el viento en la arenosa zona del Parque Dunar de Doñana. El proyecto se dispone en la zona oriental del recinto, a modo de barrera, como la que actualmente existe entre el complejo dunar y este territorio intersticial entre la ciudad y la naturaleza. Sería más adecuado hablar en términos de barrera permeable, de tamiz, un filtro previo entre el masivo suelo urbano poblado por multitud de urbanizaciones y viviendas unifamiliares apelmazadas, y el semidesértico paraje que lo circunda, invadido en determinados puntos por la vegetación autóctona (pino piñonero, enedro, sabina...) luchando contra las corrientes marinas.
Modulación
El módulo base a partir del cual se estructura el complejo se dispone en planta según un cuadrado de 5x5 metros, unas dimensiones a priori adecuadas para albergar estancias de uso aún determinado (salón, comedor, dormitorio, uno de los niveles de un dúplex...). Sin embargo, su extrusión presenta una mayor variabilidad, de manera que dos de los vértices (al menos) superiores del mismo presentan una altura mínima (6 m) mientras que los otros dos adquieren una mayor distancia con respecto a la base, de manera que al unirse varios módulos el perfil de la edificación se irregulariza y distorsiona a modo del skyline de la ciudad, o de la variable vegetación del entorno.
El objetivo nunca será disponer módulos base aislados, pero si agruparlos en función de las necesidades, de forma que al lado a base constante (5 m) le corresponde un lado b variable (10, 15, 20, 25, 30 metros...) pensando asimismo en que las edificaciones dispongan de dos niveles, tratando de no destacar en el entorno excesivamente, pero por otra parte que no se traten de habitáculos aislados y de uso unifamiliar.
Otro caso distinto es el de dos bloques de equipamientos de gran tamaño situados en el acceso principal al conjunto, que se regulan a partir de módulos de 15x15 metros, y que disponen de hasta cinco niveles.
Todos estos módulos se entrelazan mediante una plataforma conectora que conduce a la playa, alberga multitud de descensos al pinar, además de admitir vacíos a cierta altura sobre el suelo que permite a los viandantes encontrarse a cotas similares a las de las copas de los árboles. Su encuentro con el suelo se ejercerá a través de pilotis o bien de pantallas transversales de hormigón que permitan solventar luces de cierta entidad y alturas contundentes en algunos casos.